Otra de las bases del funcionamiento de nuestro cerebro que inspira el concepto de los mapas mentales es el llamado “Pensamiento irradiante.
Se trata de la forma natural y automática de trabajar de la mente humana.
Cada una de las diez mil millones de neuronas que forman nuestro cerebro funciona como un potente microprocesador y transmisor de datos. Del mismo modo que cada neurona se ramifica y establece conexiones con las que le rodean, nuestro cerebro irradia líneas de pensamiento que se expanden desde el centro hacia la periferia encadenando unas ideas con otras.
La cantidad de información que percibimos es tan grande que el cerebro debe procesarla y codificarla, y lo hace usando principalemente asociaciones e imágenes. Las asociaciones conectan unas ideas con otras y las imágenes las dotan del énfasis necesario para que sean más fáciles de recordar.
Así es cómo aprendemos y cómo podemos recurrir a la enorme base de datos que tenemos en nuestro cerebro para acceder a contenidos aprendidos o para usarlos de cara a crear otros nuevos.
Nuestro cerebro funciona mediante asociaciones automáticas de ideas que nos permiten encadenar unos conceptos con otros que, aparentemente, no tienen relación directa con ellos.
Por eso, para potenciar nuestra capacidad mental y nuestra creatividad, consiguiendo resultados a veces asombrosos, simplemente hay que dejar trabajar a nuestra mente.
Y los mapas mentales son una eficaz herramienta para hacerlo ya que se basan en nuestra forma de pensamiento natural: el pensamiento irradiante.